El mundo laboral enfrenta una crisis que muchas veces pasa desapercibida, pero que afecta profundamente a la productividad y el bienestar de los equipos: el estrés y el burnout. Según un reciente informe de Aflac, casi seis de cada diez empleados reportan estar quemados y cuatro de cada diez enfrentan altos niveles de estrés, cifras que han crecido significativamente en el último año.
¿Qué está pasando y qué podemos hacer al respecto?
¿Qué está causando este estrés generalizado?
Las razones detrás del aumento del estrés no son una sorpresa, pero son igual de preocupantes:
- Sobrecarga de trabajo: Uno de cada tres empleados menciona que sus pesadas cargas laborales son la principal fuente de estrés.
- Jornadas largas: El 27% culpa a las extensas horas de trabajo.
- Desafíos laborales comunes: Burnout (20%), problemas tecnológicos (18%), y dificultades en el avance profesional (17%) encabezan la lista de retos en el lugar de trabajo.
La presión para mantener un equilibrio entre las responsabilidades laborales y personales también juega un papel importante, con el 16% de los empleados reportando este desafío como central.
¿Quién está sintiendo más el impacto?
Aunque el burnout y el estrés afectan a todas las generaciones, algunos grupos están más vulnerables:
- Millennials: Los más afectados, con un 66% reportando niveles moderados o altos de burnout.
- Gen X: Un 55% de esta generación, en sus 40s y 50s, también reporta altos niveles de estrés.
- Baby Boomers: Aunque menos afectados, un 39% de esta generación todavía enfrenta estrés significativo.
- Trabajadores hispanos: Este grupo reportó un aumento alarmante en los niveles de estrés alto, del 37% al 46% en un año. Además, los empleados hispanos tienen casi el doble de probabilidades de experimentar burnout extremo en comparación con otros grupos.
Las consecuencias del burnout en el trabajo
El estrés y el burnout no solo afectan la salud de los empleados, sino que también se traducen en comportamientos que impactan negativamente a las organizaciones:
- Quiet quitting: El 58% de los empleados remotos, el 54% de los híbridos y el 44% de los presenciales admiten comportamientos como hacer lo mínimo indispensable o procrastinar.
- Falta de compromiso: La desconexión emocional lleva a que los empleados pierdan interés en contribuir más allá de sus responsabilidades básicas.
- Búsqueda de nuevas oportunidades: Muchos comienzan a buscar trabajo activamente, lo que puede aumentar las tasas de rotación.
¿Qué pueden hacer las empresas?
Los empleadores tienen un papel crucial para abordar esta crisis de estrés y burnout:
1️⃣ Redefinir las cargas de trabajo: Establecer límites claros y equilibrar las tareas para evitar la sobrecarga.
2️⃣ Invertir en bienestar mental: Ofrecer acceso a terapias, días de descanso por bienestar y programas de apoyo emocional.
3️⃣ Fomentar la flexibilidad: Adoptar modelos de trabajo híbridos que permitan a los empleados gestionar mejor su tiempo.
4️⃣ Reconocer y valorar: Crear una cultura donde los logros sean celebrados y los empleados se sientan apreciados.
5️⃣ Capacitar a los líderes: Formar a los managers para identificar signos de burnout y apoyar a sus equipos.
El estrés y el burnout no son solo problemas individuales; son desafíos organizacionales que impactan la productividad, el compromiso y la retención de talento. Las empresas que ignoren esta crisis arriesgan perder algo más valioso que ganancias: el bienestar de su gente.
En un mundo donde los números no mienten, la pregunta no es si debemos actuar, sino cómo y cuándo. Y la respuesta es ahora.